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Los juguetes de madera estimulan de una forma natural los sentidos de los niños, sobre todo el tacto ya que la madera es un elemento vivo por lo que posee más posibilidades de estimulación que un juguete de plástico. Además del tacto, otro de los sentidos que se desarrollan con los juguetes de madera es el olfato y es que el olor característico de la madera nada tiene que ver con un juguete de PVC.
Un juguete de madera cuya finalidad es la construcción, es la mejor elección de juego.
Los juguetes de construcción fomentan la imaginación y la creatividad, además de favorecer la coordinación entre manos-ojos.
Jugar a construir una figura beneficia el aprendizaje de la simetría y el equilibrio: los niños y las niñas tienen que aprender a colocar bloques para que se sostengan unos sobre otros y sin caerse.